Queda todavía, en cualquier otra situación diría solamente pero con este gobierno parece que han recortado hasta el paso del tiempo, un año para las elecciones generales y ya suenan voces que señalan que habrá un gran pacto PP-PSOE, lo curioso es que esto ya no extraña a nadie, al revés, nos parecerá lógico que se alíen estos dos partidos títeres del capital.
Siendo la situación así, situando en el espectro de los culpables de esta situación de miseria obrera al PSOE no entiendo cómo puede haber quien esté dispuesto a sentarse a hablar con representantes de este partido. No entiendo que esta situación pueda darse siendo que el secretario general elegido por toda la militancia de la PSOE, como llama Cañamero al partido vendeobreros, haya dicho que habrá grandes pactos con el PP en beneficio de los ciudadanos, en concreto habrá pactos (reconocidos) en 4 puntos, o grandes puntos, en torno a la educación, la reforma constitucional, el sistema energético y para recuperar los sistemas de dependencia y autonomía personal, aquellos que dicen querer salvarnos nos pondrán en manos de quienes nos han condenado durante cuatro años más.
Ante esta ofrenta o sacrificio que hace de los derechos fundamentales de los trabajadores a sus verdugos sólo me cabe decirle al PSOE, a Pedro Sánchez, que en un acto de decencia no haga ningún gran pacto, que haga el gran acto que supone disolver el partido, que haga ese tremendo favor de disolver un partido corrompido por el capitalismo y sus titiriteros.
Señor Pedro Sánchez haga el favor de diluirse ya en el PP como está deseando, pero deje de estafar al pueblo que se ha tragado con patatas que su partido es socialista y obrero.
Un partido que se genuflexiona ante Emilio Botín, ahora ante Ana Patricia Botín, o ante la Duquesa de Alba, o que acepta agachando la cabeza un régimen monárquico nacido directamente del franquismo no es digno de llamarse ni socialista ni obrero. Parece que Pedro Sánchez, el lacayo del FMI no quiere salir de su burbuja de autoengaño en la que ha entrado, así como los militantes que hay en el PSOE , y creen que hacen algún favor a la clase trabajadora con su existencia, pero no, nadie confía en ellos, nadie confía en quien vende los derechos de los trabajadores y los derechos inherentes al ser humano a los bancos, un partido que traiciona a sus principios es un partido digno de ser disuelto.
Que nadie diga que su militancia sigue siendo de izquierdas, por favor, una militancia de izquierdas no habría elegido jamás al derechista Pedro Sánchez como máximo representante de los valores de lo que parece que se ha convertido en el antagonismo de lo que fue en sus inicios ese partido y durante algún tiempo posterior, cualquier persona decente del PSOE debe escapar de ese nido de reaccionarios y de podredumbre ideológica que es ahora.
Soy una voz más en el puzzle irresoluble en el que se ha convertido la izquierda y de momento no puedo saber qué pasará con los partidos nacidos de la nada aparentemente progresitas,aparentemente. Pero sí puedo saber lo que quiero, como persona de izquierdas, de un partido que ha regalado el pueblo español a las grandes empresas y nos ha servido en bandeja como esclavos para los grandes capitalistas. Sí que sé que lo que quiero de un partido que reniega de homenajear a sus muertos, o a los que algún día fueron asesinados por formar parte de sus filas, lo que quiero de ese partido es su inmediata desaparición, que los propios militantes con un ápice de conciencia y dignidad sean capaces de ver al enemigo cuando engordan su barriga y sean capaces de hacer reventar las entrañas del monstruo desde dentro.
Quien no es capaz de plantear una alternativa ni siquiera dialéctica a su gran rival no merece representar a nadie, porque lo que está haciendo es estafar a obreros que son manipulados por los medios, está aparentando ser como la cara opuesta al PP siendo mentira, formando parte de la misma cara, teniendo el mismo rostro.
No se me ocurre otra cosa que pedir por última vez al PSOE que se disuelva, que desaparezca y que reconozca que no es un proyecto válido, que lleva sin serlo durante años y que si de verdad quiere hacer el último gran pacto con la clase obrera,el primero en mucho tiempo, haga el favor de desaparecer, de disolverse, como todo lo que se ha corrompido hasta el punto de tener la identidad de lo que, en un principio, fue su enemigo.